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El NO y su estrategia (1ra. parte): Viejos vs Nuevos

Publicado: 2013-02-02

Las últimas encuestas en torno a la revocatoria siguen mostrando como claro favorito al SÍ. Las reflexiones sobre la estrategia que estamos tomando los grupos organizados para que gané el NO han comenzado a surgir. Este es un intento por aportar a la discusión partiendo de la información estadística brindada por la encuesta Lima Cómo Vamos. Esta pesquisa fue aplicada en noviembre del 2012 y contiene información general acerca de las preferencias de los limeños y sus percepciones sobre la ciudad.

Hasta el momento, la estrategia del NO ha consistido en presentar a personajes reconocidos manifestándose en contra de la revocatoria; también se ha puesto énfasis en el carácter corrupto de los revocadores y, finalmente, se ha remarcado cuáles serían los costos para la ciudad en caso ganara el SÍ. Todo esto si nos referimos a la estrategia general y más mediática. El comité juvenil, por su parte, ha puesto más empeño en resaltar las obras de la actual gestión remarcando en cada piquete las principales reformas emprendidas. Todo esto ha sumado; sin embargo, el “Sí” todavía está arriba y es harto conocido que su principal fuente de apoyo proviene de los sectores D y E ¿Cómo enfocar la campaña hacia estos?

Empecemos con algo de teoría,  Chantal Mouffe resalta en varios de sus escritos que uno de los factores que explica el éxito de los líderes populistas es que estos no caen en el error de creer que las motivaciones del pueblo se reducen a intereses personales o individuales; por el contrario, los populistas son conscientes de que hacer política implica la creación de un nosotros vs un ellos. Los revocadores parecen tenerla clara y han intentado rayar la cancha con la dicotomía pitucos vs cholos. No es mi intención proponer polarizaciones tontas o peligrosas; pero sí me parece justo y necesario levantar el conocido clivaje viejos vs nuevos. Desde mi punto de vista, se debe resaltar que los promotores de la revocatoria son los mismos políticos y técnicos que durante años han estado en el gobierno central o municipal y que, al ver que un personaje nuevo empieza a quitarles espacios de poder, se sienten amenazados y buscan recuperar lo perdido.

La división viejos vs nuevos es una verdad y puede pegar. El ciudadano de Lima no está cansado de Susana, está cansado de la situación en la que vive (puede apreciar algunas obras de Castañeda, pero su descontento con una diversidad de temas siempre estuvo intacto) y ahora mira en la revocatoria una ocasión para desquitarse con sus autoridades[1]

Desde las filas del NO, se ha intentado utilizar el antagonismo honestos vs corruptos. Para muchos, esto fue un error porque los antagonismos no tienen sentido o porque, de manera indirecta, se está ofendiendo y alejando a potenciales votantes del NO. Desde mi punto de vista, el verdadero problema es que a la gente le resulta difícil sentirse dentro de un “nosotros” representado por la honestidad. Polarizar el terreno solo tiene sentido si el pueblo se identifica con tu postura. El honestidad vs corrupción no resulta porque la gente está acostumbrada a ver corrupción en todos lados o a ser parte de la misma. Si para el sentido común todos somos corruptos, es difícil esperar que la gente crea que justo del lado del NO existe una persona (Susana) que representa la honestidad.

Asimismo, de acuerdo con Žižek, uno se identifica con un líder cuando se ve reflejado en esta persona. El rasgo con el que nos identificamos no tiene que ser necesariamente espectacular y loable, pueden ser también los fracasos o las debilidades del mismo. En esa línea sería bueno aceptar que Susana cometió errores por ser novata; pero resaltar que todos podríamos cometerlos y que no se le puede crucificar a nadie por ello dado que, de lo contrario, nos condenaríamos a tener los mismos políticos toda la vida. Me imagino a un piquetero diciendo, "los errores de alguien nuevo son entendibles y hay que aceptarlos si lo que se busca es un cambio" o “de otra forma, usted y yo nunca podríamos participar en la política”.

El domingo pasado, Omar Cavero publicó un interesante artículo en el que propone que la campaña por el NO debe desligarse de una defensa por la actual gestión.  Tratándose de piquetes, me parece que cuando uno habla con un indeciso debe poner toda la carne en el asador (hablar de los revocadores y hablar de la gestión); sin embargo, cuando uno se topa con personas muy decididas (y normalmente agresivas) en su rechazo a Villarán concuerdo con sus recomendaciones. En ese sentido, para seguir el enfoque aquí propuesto, deberíamos concentrarnos en hablar solo de cómo los políticos (“viejos”) que promueven la revocatoria se las están arreglando para volver a recuperar espacios de poder (continua en el siguiente post).

[1] Si eso no está muy claro, quizás una manera de demostrarlo es que la base de datos de la encuesta Lima Cómo Vamos muestra una clara asociación entre una diversidad de variables que miden el descontento de la gente con una baja calificación a la actual gestión. Por ejemplo, mientras peor se percibe el trato entre vecinos, peor es la calificación que se otorga a la alcaldesa.


Escrito por

jorgevela

Activista y Politólogo de la PUCP


Publicado en

Madrugadas Largas

Blog de Jorge Vela