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El chauvinismo no es exclusivo de Perú, hay que tenerlo en cuenta para entender el fallo de la CIJ

Publicado: 2014-01-18


Hace poco, Farid Kahhat señaló que la actitud del gobierno colombiano ante el fallo de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) debe explicarse desde un punto de vista político y no legal (1). Es decir, aunque Santos recurra a argumentos legales para demorar el acatamiento del fallo, se encuentra incentivado por los réditos políticos de una opinión pública bastante reacia a cumplirlo. Así como resulta importante analizar políticamente las actitudes de los mandatarios, intentemos hacer lo mismo con la CIJ. Los resultados del 27 no solo serán legales, sino también políticos.

Si el fallo dependiera solo de argumentos, el Perú debería esperar un resultado bastante favorable; sin embargo, la CIJ también tomará en cuenta las consecuencias que puede generar. Lo último que quiere el organismo es producir una guerra, aumentar de gran forma las tensiones entre ambos países o empezar a perder legitimidad. ¿Cuál es el resultado que hace más probable estos escenarios? Definitivamente, un fallo muy favorable a Perú.

En Relaciones Internacionales existe una teoría conocida como “La Paz Democrática”. En ella se propone que es imposible que se produzca una guerra entre dos estados democráticos liberales (como Chile y Perú). Históricamente, las guerras habrían sido ocasionadas por pequeñas élites que no tuvieron el contra peso adecuado. En una democracia, en cambio, cualquier conato de guerra generaría un debate público donde se resaltarían las consecuencias nefastas y se produciría la presión social suficiente para evitarlas. ¿Es imposible una guerra con el vecino país?

El resentimiento entre peruanos y chilenos es un problema vigente y, desde mi punto de vista, el rechazo a los peruanos en Chile es mucho más fuerte que el rechazo a los chilenos aquí. Entonces, resulta problemático un fallo muy favorable a Perú ya que Chile contaría con un mayor número de población irritada que el que tendría Perú al enfrentar un resultado adverso. La presión social a favor de la paz (como espera la mencionada teoría) no destacaría.

Las encuestas (2) parecieran respaldar solo ligeramente lo que propongo. Un estudio realizado por GFK muestra que el porcentaje de personas que está de acuerdo en cooperar con el país vecino es más alto en Perú que en Chile (82% y 72%, respectivamente). Asimismo, el porcentaje de personas que cree que -ante un fallo desfavorable- su país no aceptará la decisión es mayor en Chile que en Perú (56% y 43%, respectivamente). Sin embargo, hay cifras que parecieran contradecirme: un 90% de peruanos y 93% de chilenos opina que debemos tener un mutuo respeto entre ambos pueblos.

Poco se puede concluir de los números, es complicado medir lo que digo; no obstante, mi argumento encuentra su verdadero apoyo en la historia. En América Latina, los Estados se han manejado siempre bajo la lógica de Estados nación, esto quiere decir que, con el fin de integrar a su población y procurarse legitimidad para dominar, los políticos han promovido un discurso de país que asume que todos los ciudadanos tienen valores y una historia en común que los diferencia de otros. Empero, nuestras élites fracasaron y el discurso de nación nunca ha tenido el arraigo esperado. En varias ocasiones se ha intentado influir en nuestra conducta promoviendo un resentimiento hacia el país del sur. Ya que esto no suele funcionar con muchos de nosotros, algunos creen que con el vecino país es menos probable: se cree que como ganó la guerra, tiene pocas razones para sentir rechazo.

Lamentablemente, la guerra del pacífico es orgullo nacional en Chile. Su armada no le quitó tierras a un país vecino, sino al traidor que tenía vocación imperialista. Fuimos los indios traidores que merecíamos un escarmiento y de los cuales hay que cuidarse siempre. Por supuesto que esta forma de ver a los peruanos no la tiene todo Chile y no ha sido predominante en toda su historia. Sin embargo, con la llegada de los militares en el setenta y el relativo poder que todavía mantienen, este discurso ha tenido más chances de meterse en la población.

¿Esto quiere decir que si el fallo es muy favorable a Perú, habrá guerra?, ¿Y los negocios de Chile aquí? Muchos han señalado que las relaciones económicas entre ambos países hacen que una guerra sea impensable. Estoy de acuerdo; sin embargo, creo que las tensiones sí aumentarían de manera peligrosa. Sobre todo, porque habría políticos chilenos que intentarían ganarse a parte de la opinión pública haciendo comentarios belicosos. Además de esto, un fallo así podría hacer que Chile recurra a ciertas argucias para no acatarlo y, como eso está haciendo Colombia, esto le iría quitando legitimidad a la CIJ. Lo que yo creo que ocurrirá es que no veremos estos escenarios porque la CIJ es consciente de esto y será más neutral de lo que muchos esperan.



Referencias

(1) Kahhat, F. (28 de diciembre de 2013). Colombia ante la haya. Obtenido de Trinchera de la Noticia: http://www.trincheraonline.com/2013/12/28/colombia-ante-la-haya/

(2) GFK. (Noviembre 2013). EL fallo de la haya: visión peruana y chilena. Disponible en: http://www.adimark.cl/es/estudios/documentos/gfk-%20fallo%20de%20la%20haya-chile-per%C3%BA.pdf


Escrito por

jorgevela

Activista y Politólogo de la PUCP


Publicado en

Madrugadas Largas

Blog de Jorge Vela