Acaba de salir la primera edición del año de la revista Argumentos. En este número, Luis García y yo contamos con un artículo relacionado a las Zonas, esta novedosa forma de organización que fue una de las protagonistas en las movilizaciones que se bajaron a la ley pulpín. Los dejo con un pequeño resumen. Para ver el artículo completo denle click aquí. 

Las Zonas o la inesperada virtud de la Anarquía

Se han dicho varias cosas sobre Las Zonas. En el artículo nos interesa rescatar el debate interno que se dio en torno a la forma en que se deben tomar las decisiones dentro de una organización política. Entendemos por “toma de decisiones” no solo el mecanismo por el que se opta por una alternativa (v.g. las elecciones), sino todo el proceso por el que éstas se producen o implementan (el diálogo previo, la actuación de los voceros, etc.) De manera más específica, el objetivo del artículo es extraer y comprender de este debate las posturas que tienden hacia la horizontalidad (nos referimos a aquellas alternativas de acción que buscan evitar que el poder de decisión se centralice en algunas jerarquías).

Estudiar el discurso de un actor político es indispensable para entender una movilización; pero aquí planteamos algo más. Entender el discurso por la horizontalidad resulta todavía más importante si tomamos en cuenta lo siguiente:

1.  El sentido común la ve como una demanda ingenua, irrealizable o con poco impacto sobre la realidad.

2.  Teóricamente, Scott se ha encargado de demostrar que no debemos ser tan ligeros. En Elogio al Anarquismo (2012) muestra que muchas prácticas que podemos calificar de horizontales ayudan a entender por qué algunas acciones políticas tienen más éxito que otras.

3.  Las prácticas que se dieron dentro de las zonas como producto de esta demanda, tuvo efectos importantes en la organización y en el devenir de las protestas antipulpín.

4.  Varios de los miembros de las zonas que pugnan por las prácticas horizontales son conscientes de los diversos efectos que tiene o podría tener. Esto sugiere que una forma diferente de concebir la política podría tomar impulso; sin embargo, los retos a los que se enfrentan al perder un objetivo prioritario compartido por todos (derogar una ley), son difíciles.